Grupo Venus     CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA.

CAPITULO XIV. PREGUNTAS Y RESPUESTAS.

1. ¿CUAL ES LA LEY BASICA EN MAGIA?.
2. ¿QUE PRETENDE LA MAGIA?.
3. ¿ES LA HUMILDAD UNA CLAVE ESENCIAL EN MAGIA?.
4. ¿EN QUE CONSISTE LA CONSCIENCIA O PREDISPOSICION (APERTURA) DEL MAGO
5. ¿COMO GENERAR LA CONEXION MAGICA?.
6. ¿EXISTEN PELIGROS AL TRANSITAR EL SENDERO DE LA MAGIA?.


CAPITULO XIV. PREGUNTAS Y RESPUESTAS.



1. ¿CUAL ES LA LEY BASICA EN MAGIA?.

La ley fundamental en la Magia deriva de la conjunción armónica de las llamadas siete leyes herméticas de Hermes Trimegisto, las cuales estudiaremos por orden.

En primer lugar encontramos la ley de la Generación.

El acto mágico es fundamentalmente un acto de carácter creativo. Significa participar, aunque sea como una pequeña gota de agua, en el Cosmos.

Participar significa crear y, por tanto, generar. De otra manera, seríamos sujetos pasivos en el concierto del Universo. Obviamente, la capacidad que cada uno tiene para generar con mayor o menor frecuencia vibratoria, depende de su fortalecimiento interno y de su nivel de conciencia.

Por tanto, esta primera ley hermética (Generación) es la que marca el inicio de un acto volitivo o de la voluntad.

Por tanto, el estudiante de Magia o el mago se colocan como sujetos activos. Ya luego veremos que este acto de voluntad o esta primera proyección formulada por la voluntad puede ser de carácter mental o inclusive espiritual.

La segunda ley hermética estudiada de forma correlativa es la de la Vibración.

Desde el momento que se pone en marcha el uno, es decir, un acto unitario que se genera (primera ley hermética), ese primer acto está ya sometido, por el simple hecho de existir, a la ley de la Vibración.

En función de ese primer impulso (primera ley), es decir, en función de la calidad de ese primer acto original, éste se manifiesta hacia el mundo de la realidad con un determinado nivel de vibración.

Por tanto, no es lo mismo gritar que recitar una poesía o que hacer un discurso de carácter político.



Cada uno de estos actos generados (primera ley) en función de la calidad del impulso primitivo, se manifiesta con un determinado nivel de vibración (segunda ley).

Por tanto, cualquier acto generado por el ser humano está indisolublemente ligado a su estado vibratorio original. Por eso, quizás, se dice eso de que "lo que mal empieza, mal acaba". Dicho de otra forma, la vibración o la calidad de un acto generado depende del nivel del impulso primario original. A partir de ahí se producen una serie de efectos en el plano de la realidad, que es puramente vibratorio, y ya resulta bastante más difícil rectificar el curso de los acontecimientos de ese acto generado.

La tercera ley por orden correlativo sería la ley del Ritmo, que está ligada íntimamente a la ley de Vibración, puesto que una vibración se produce con un determinado ritmo o ciclo. Este ritmo puede ser más sutil o más estridente, más refinado o más grosero, más acompasado o más torpe, y así sucesivamente.

Hay que tener en cuenta que el acto primario (primera ley) para que tenga una continuación y produzca unos efectos importantes en el plano de la realidad tiene que ser continuado. No solamente es suficiente con entrar con mucho impulso a hacer la carrera de arquitectura, sino que es fundamental el establecer un ritmo, una cadencia precisa o lo que denominarían los militares, simplemente una disciplina. Por tanto, una vibración de gran entusiasmo, si no es fortalecida mediante un ritmo adecuado, llega un momento en que simplemente se difumina. Así, por ejemplo, surgen infinidad de grupos musicales, multitud de empresas o cualquier otro tipo de actividad humana, pero solamente unas pocas de éstas llegan realmente a calar en el medio ambiente, y en buena parte, ello se debe a la necesidad de comprender y practicar, hecho que implica, en consecuencia, a la ley del Ritmo.

La cuarta ley por orden correlativo es la Dualidad.

Basta que algo se quiera poner en movimiento, para que la propia ley del Rozamiento -que es la que se opone a la ley de la Inercia- entre en funcionamiento.

Supongamos que un acto ha sido generado con una gran voluntad o fuerza primaria (primera ley), que el nivel original y posteriormente manifestado de vibración de este acto sea de calidad (segunda ley), que el ritmo o la cadencia con la cual la persona mantiene activa esa vibración en el tiempo (ley del Ritmo) sea el correcto, pero que quizás, en cuanto a la cuarta ley surge un problema. ¿Cuál sería este problema?. Puede suceder que la persona no tenga capacidad de flexibilidad como para adaptarse a los acontecimientos, es decir, que no tenga capacidad de "amortiguación". Por ejemplo, si está desarrollando una empresa o proyecto, puede que no sea capaz de ver la confrontación de intereses, la competencia que puede tener enfrente, los posibles riesgos o la antítesis de su planteamiento, y que de esa forma, simplemente tenga un planteamiento rígido o unidireccional de su proyecto. Esto sería simplemente no saber manejar adecuadamente la cuarta ley, la ley de Dualidad.

Ser flexible no significa ceder en todo, sino ir adaptando el proyecto original (la tesis) a la confrontación con las circunstancias o incluso con las personas del entorno (la antítesis).

Por ello, es posible que alguien haya cumplido perfectamente las tres primeras leyes pero, sin embargo, se lleve el planchazo. Esto ¿por qué sucede?. Simplemente porque no se ha sabido ver esa otra parte de la realidad a tiempo, y esa otra parte de la realidad es simplemente la antítesis o, como dirían algunos, la imagen especular del propio proyecto.

Tener en cuenta esa imagen ante el espejo del proyecto de uno no significa que se le vaya a cambiar todo, sino simplemente, que de acuerdo a las realidades empíricas y a las experiencias que van surgiendo, se va realizando un cierto retoque o perfeccionamiento de la base original.

Obviamente, si en este paso se llegara a observar que los cambios son tan profundos, que prácticamente van a desfigurar del todo el proyecto básico, casi sería preferible hacer el "entierro" del planteamiento o proyecto, antes de tiempo.

Por ello, ante cualquier tipo de proyecto importante, sea económico, sentimental, intelectual o de cualquier otra clase, es conveniente aplicar la ley de la Dualidad, si es preciso hasta la saciedad, durante las primeras fases de elaboración del proyecto. De esa forma, se pueden valorar los posibles peligros, los posibles opositores, las circunstancias no planificadas, los posibles factores que están ocultos a la vista durante los primeros momentos, los intereses creados con los cuales se puede enfrentar la idea, y así sucesivamente.

El tener en cuenta desde las primeras fases la ley de la dualidad no significa que todo se vaya a hacer en un "simulador de vuelo", o en una máquina de realidad virtual. Siempre el maestro último va a hacer la realidad una vez que la idea se esté aplicando en la práctica, pero esto no significa tener que esperar a que lleguen los palos para entonces retocar la piedra bruta original de la idea primaria.

La quinta ley es la de Correspondencia.

Aquí entramos en un terreno un tanto más abstracto o simbólico, en principio.

Tal como sabemos, en el devenir del desarrollo de una acto generador, así como en general en la vida misma, existe una ley de correspondencia o de simultaneidad entre los factores superiores y los factores inferiores.

La realidad es algo tremendamente complejo, y por ello, una pequeña barrera económica que surja en un momento dado, puede ser tan relevante como una minidepresión personal de tres días.

Cualquier elemento que surge en el desarrollo práctico de un proyecto o de un acto mágico puede estar quizás expresando algo que es correlativo o simultáneo en otros planos. Por ejemplo, una supuesta barrera económica que surge en un momento determinado, puede indicar que a un nivel de energía vibratoria más densa y concreta, hay algo que está trancado, que no se había planificado suficientemente o que de alguna manera, induce a la espera y a la rectificación del plan original. Esto que aparece como una traba o un retraso económico, puede estar indicando una falla en el plano mental. Podría significar un exceso de optimismo en los planteamientos originales del problema o, simplemente, la necesidad de espaciar o de dilatar más los lapsos de tiempo de realización que se habían prefijado.

Igualmente, si alguien se siente durante dos o tres días con una sensación de zozobra psíquica, no se trata de estarle dando vueltas innecesariamente al asunto, o al por qué de esa situación, pero sí cabría por lo menos analizarse internamente para saber si eso es producto de un excesivo aceleramiento que se había producido durante las últimas semanas o meses y que, por ley del Péndulo, conduce a una minidepresión momentánea, como simple respuesta de nuestro sistema nervioso.

Eso de alguna forma, sería lo que podríamos llamar los símbolos reales, aunque parece una paradoja o un juego de palabras, puesto que el término simbólico, en principio es algo opuesto a lo real. Pero precisamente, una de las grandes o de las pequeñas verdades son realmente una paradoja o un contrasentido.

Los símbolos no necesariamente tienen que ser una estrella fugaz en el cielo, por ejemplo, el encontramos con una carta de una baraja, o simplemente el abrir un libro y hallar una frase que nos resulta especialmente impactante.

Los símbolos pueden ser puntos "verbales" de la realidad. Esto que quiere decir?. Significa que la realidad tiene zonas ocultas pero también, en determinados momentos, se nos expresa o conversa con nosotros en cierta medida.

Hay que estar especialmente con los sentidos abiertos y preparados para recoger y entender estos mensajes simbólicos de la realidad, y no es necesario estar buscando siempre lo oculto para entender lo oculto. La realidad manifiesta y expresa cosas de gran relevancia, aunque aparentemente no lo sean, y que son un buen traductor de lo que está sucediendo en los planos ocultos. Por tanto, se trata de interpretar la realidad desde la óptica de que existe una realidad no visible, que es lo que solemos llamar un mundo oculto. Esto se basa en el principio de que hay una correspondencia entre la realidad visible y la realidad invisible.

Por tanto, llevar el ocultismo o el esoterismo hasta el punto de estar siempre buscando o viendo cosas extrañas o ajenas a la realidad cotidiana es un contrasentido, puesto que no estamos aprovechando los elementos legibles de la realidad, para poder interpretarla. Partimos de la base de que la realidad es siempre una conjunción o correspondencia simultánea entre lo visible y lo invisible.

Por tanto, un acontecimiento cotidiano no es desdeñable, y tampoco lo es un símbolo abstracto que se presente en un momento preciso.

La sexta ley es la ley de Causa y Efecto, la cual conoce cualquier estudiante de esoterismo básico.

Se le ha denominado ley el Karma, en correspondencia con la palabra karma sánscrita que significa acción y, de ahí, nosotros deducimos el nombre de ley de Acción y Reacción, que es un término común utilizado en la física básica, llamada newtoniana.

Evidentemente, la ley del Karma es por ley de Correspondencia, propiamente dicha, un elemento dinámico en todos los planos, y no sólo en el plano físico o de las fuerzas físicas.

Esta es la sexta ley y significa que es más complejo el control de un acto mágico cuando las cadenas de causa y efecto comienzan a multiplicarse y diversificarse.

De alguna forma, las siete leyes herméticas vistas en este orden, son como el tronco que va poco a poco abriéndose en ramas primarias, secundarias, terciarias y así sucesivamente.

La ley de Causa y Efecto ciertamente nos permite, primero que nada, analizar de una forma encadenada o concatenada lo que está sucediendo hoy en función de lo que sucedió en origen. Es decir, el mago o estudiante de Magia, cuando empiezan a recibir los frutos de sus actos generadores, han de saber reconocer que tales frutos son la consecuencia de lo realizado en origen.

El problema es que nosotros a lo largo de nuestra vida, como inclusive de nuestras vidas, si es que afinamos con la ley de la Reencarnación, hemos generado multitud de actos de manera más o menos inconsciente, y aquí el análisis se hace más difícil, obviamente. Si embargo, aquí estamos hablando de la ley de causa y efecto en relación con el acto mágico, y el acto mágico por naturaleza tiene que ser consciente, porque de lo contrario, se trataría de algún tipo de magia inferior, la cual ya no sería Magia.

El Mago Blanco se caracteriza precisamente por un cierto nivel de conocimiento y de control sobre su inconsciente.

De todas formas, es perfectamente posible que el estudiante de Magia se encuentra con minicadenas causa-efecto que se descontrolan y que son relativamente indeseables y que pueden tener su origen a la hora de iniciar el acto mágico, debido a que pudieron existir elementos o factores que no se controlaron. Es como el estudiante que comenzó con la carrera y sistemáticamente dejó para más adelante una asignatura que no consideraba importante, porque pensaba que en posteriores convocatorias la iba a poder superar olímpicamente, sin embargo, cada vez se le va haciendo más difícil, le va entrando la pereza, y el número de convocatorias posibles para presentarse al examen se le van agotando, y aquí ya comienzan los nervios, el mal humor, los remordimientos de por qué no haberlo hecho desde el principio. Esto es algo que es perfectamente normal que le suceda al practicante de Magia porque nuestra mente en cada momento, de acuerdo a su nivel de atención es capaz de tener en cuenta un cierto número limitado de factores. Por esto, es relativamente sencillo que se produzcan microcadenas causa-efecto, con las cuales no se habían contado y que posteriormente pueden resultar molestas.

Esto nos lleva a la conclusión de que, la elaboración lenta y gradual de los inicios de un proyecto práctico o también mágico es fundamental. A esta fase le podríamos llamar la fase de incubación o de maduración del proyecto.

Una vez que "se ha salido a la calle" ya es más difícil poder controlar determinadas ramas del árbol, y es muy posible que una determinada poda sea necesaria de cuando en cuando.

Obviamos, desde luego, la posible necesidad que en un momento dado podría haber de talar el árbol completo, porque esto es algo que sería posible de hacer en fases más tempranas de la iniciativa.

Los actos mágicos, tal como hemos dicho, se basan fundamentalmente en un gran nivel de conciencia en las primeras fases del mismo. Precisamente es con el fin de evitar que una generación mágica luego tenga efectos no pretendidos y algo desarmonizantes. Por tanto, con las fuerzas mágicas hay que tener un especial cuidado y al principio, es preferible realizar ejercicios sencillos que se puedan controlar con una cierta facilidad, los cuales deben de ir especialmente ligados a nuestra realidad de todos los días, para ir viendo nuestra destreza y la bondad de los resultados que se van dando.

La ley de Causa y Efecto en cuanto a la Magia, nos obliga a tomarnos el acto mágico en serio y a realizarlo desde el principio con respeto y con suficiente dedicación, nunca entrando en cuestiones de tener prisas o compromisos con otras personas o teniendo cálculos demasiado optimistas.

En definitiva, la ley de Causa y Efecto induce en cuanto a los actos mágicos a la prudencia.

Por último, la séptima ley hermética, que es la que de alguna manera engloba a las demás, es la ley del Universo Mental, puesto que el término ley del Mentalismo, tal como figura en otros libros, resulta un tanto extraño.

La ley del Universo mental significa que todo, de alguna manera, está conectado entre sí.

Dicen los entendidos que una de las enseñanzas que en el pasado se daba en las escuelas esotéricas de una forma, precisamente muy hermética, era la sentencia "todo está en el Todo, y el Todo está en todo".

Esto significa que existe una estructura o una arquitectura profundamente mental en el Universo invisible, y que mediante la mente y la conciencia humana es posible ir conectando gradualmente con esa sabiduría universal, aunque evidentemente, cada pequeño gran arcano requiere de un gran sacrificio para que sea extraído y asimilado.

Por tanto, decimos que la ley del Universo mental abarca a todas las demás porque nos habla acerca de la congruencia que existe en el Universo. Este concepto acerca de la congruencia es tan importante que muchos de los grandes maestros o místicos correlacionan perfectamente la coherencia con la salvación. Es decir, si no existe consistencia interior, el alma de la persona está dispersa y, si esta última está dispersa, la conciencia no fructifica y no llega a iluminarse.



2. ¿QUE PRETENDE LA MAGIA?.

Fundamentalmente, la Magia pretende hacer uso de principios ya existentes. Es decir, no quiere crear sino basarse en el funcionamiento de las leyes cósmicas para, mediante la voluntad humana, multiplicar la resonancia y la fuerza de esta última y así generar unos efectos positivos y amplios.

Por ejemplo, el ser humano no inventó la energía atómica, sino que la energía atómica existe desde el principio de los tiempos. Se le da desde hace 50 años tanto un uso destructivo como un uso pacífico y generador de energía a las fuerzas que mantienen unido el núcleo atómico, pero ya existió previamente dicha energía.

Igual sucede con el agua subterránea. El zahorí no pretende crear agua, sino encontrarla precisamente donde ya existe. No donde existió y no donde puede que exista dentro de 50 años, sino donde existe actualmente.

Lo anterior significa que la Magia tiene que estar ligada a la realidad. Hemos hablado, en definitiva, que la Magia aprovecha fuerzas o principios de fuerzas ya existentes y mediante el acto de la voluntad, provoca una cadena de causa y efecto, aprovechando esas leyes que ya están ahí. Pero, a su vez, hemos comentado que el fin último de la Magia es generar objetivos armónicos, expansivos, ascendentes y por tanto, evolutivos. Es decir, no puede existir el Mago Blanco si éste no está a favor del impulso evolutivo.

Dicen los investigadores actualmente y de forma muy sorprendente, que la teoría del Big-Bang se está confirmando progresivamente. Partiendo de una minúscula partícula de materia, que es lo que los místicos llamarían el uno o el primer punto manifestado, se creó por explosión o por expansión toda la materia que hoy en día existe en el Universo. Esto coincide mucho con esa referencia bíblica que dice "Dios creó al Universo de la nada". A partir de ahí se formaron los grandes sistemas interestelares de gas concentrado.

Recientemente la NASA, gracias al telescopio Hubble ha descubierto las llamadas trompas de elefante, que son una especie de expulsiones o de excreciones de las grandes nubes interestelares del espacio, y a través de las cuales, son proyectadas hacia fuera las protoestrellas, en lo que ha sido un descubrimiento fundamental, puesto que hasta ahora no se había visualizado el nacimiento de una estrella concretamente.

Luego de ahí, falta por explicar el nacimiento de los planetas y no digamos ya de las primeras células vivas. Ni siquiera la ley de selección natural explica claramente por qué en la naturaleza hay seres vivos que se han quedado simplemente como plancton, otros como algas, otros como ranas, otros como reptiles, otros como aves, otros como chimpancés y otros como seres humanos. No explica el por qué dentro de la raza humana existen también diferentes niveles de comportamiento más o menos racional. Pero lo que sí está claro es que todo indica que existe una evolución progresiva en el Universo que va buscando formas cada vez más perfeccionadas, aunque uno de los principios de la termodinámica dice justamente lo contrario, que la entropía o el desorden del Universo va en aumento. Por tanto, según la termodinámica, el Universo tiende progresivamente desde el orden hacia el caos, y se supone que de acuerdo a este principio llegará un momento en que el Universo se autodestruya a sí mismo. Sin embargo, parece que existe algún plan promotor o alguna fuerza que guía todo el proceso y que permite que determinadas formas, especialmente el hombre, se vayan haciendo cada vez más perfectas y evolucionadas.

Todo esto nos habla del fin último de la Magia, que no es sino colocarse a favor de esa corriente cósmica ascendente. Estas fuerzas necesitan lo que se podría dar en llamar "soporte" o plataformas sobre las cuales manifestarse. Precisamente, parece claro que el Universo tiene un despliegue expansivo desde el punto de vista material. Si no existieran los planetas, el ser humano no podría existir y si el hombre no tuviera cerebro, los pensamientos o los actos de voluntad de la conciencia no tendrían vehículo a través del cual expresarse en algo similar a eso que hemos denominado anteriormente el espejo o la imagen especular.

Todas las energías superiores necesitan un conducto para manifestarse.

Igual que para conseguir algo de un ayuntamiento se necesita presentar una o en ocasiones, unas cuantas instancias, sin pretender comparar el orden cósmico con el orden burocrático, es evidente que para que una fuerza superior se manifieste, necesita de un vehículo físico. Al mismo tiempo, simplemente por ley de Correspondencia se entiende perfectamente que para que un ser humano llame a una fuerza superior, éste necesita tener en sus manos una herramienta para que tal fuerza se exprese.

Precisamente por todo lo comentado es necesario, prácticamente como ley de vida, realizar grandes esfuerzos para construir, mientras que destruir resulta, tal como podemos ver todos los días en los telediarios, bastante fácil.

Realmente, obtener orden del desorden o, como decían los griegos, hacer que surja un Cosmos (orden) de un caos (desorden) es realmente ir, en cierta medida, contra esa fuerzas que inducen al desorden. Esto no es contradictorio con lo que habíamos comentado anteriormente. Simplemente, significa que en el Universo existe una bipolarización. Por un lado existen las fuerzas que tienden a crear niveles superiores de conciencia, de organización y de realización, mientras que por el otro, están aquellas energías que tienden a la dispersión de esfuerzos, al refrenamiento o al rozamiento y, en definitiva, a la disgregación. Evidentemente, una cosa es plantearse formar una familia y otra cosa bien distinta es hacerlo sobre la práctica, y como podemos observar a nuestro alrededor, mantener nuestra familia unida no es fácil, y es bastante frecuente que éstas se rompan o que existan dentro de ellas ciertos elementos o peligro o de carácter distractor. Esto es algo que ha vivido cualquier persona que haya querido generar algo, como por ejemplo el mismísimo Edison, que ya teniendo en sus manos el invento de la luz eléctrica, se tuvo que enfrentar a todos los intereses creados de la época y que giraban en torno a las lámparas de petróleo, ya que este nuevo invento significaba poner en jaque a todo un sistema de entender la economía y la organización social.

El fin evolutivo último de la Magia es la Magna Obra o la Gran Obra, que es el término que le daban los alquimistas. ¿Qué significa esto de la Gran Obra?. Obviamente, no es algo que se pueda definir tajantemente pero más o menos, se intuye que es aquello que se expresa claramente en el Padre Nuestro: "Venga a nosotros tu Reino.

Hágase Señor tu Voluntad, así en la Tierra como en el Cielo".

En este párrafo del Padre Nuestro, se observa la necesidad de hacer manifestar el Reino Divino y la Voluntad Divina, tanto en los planos superiores como en el plano material concreto. Obviamente, si observamos cómo se encuentra en cierta medida el mundo actualmente, y no digamos ya cómo estaba en el pasado, veremos que esto no es algo precisamente fácil de realizar. Pero, a al vez, se ve claramente que sí es un mandato divino y, tal como dicen los místicos, hasta que esa Gran Obra no se manifieste aquí en el plano terrestre, se puede decir que no habrá vacaciones.

También observamos a este respecto del mandato de Dios de materializar su voluntad en la tierra, el comienzo del evangelio de San Juan:

"En el principio era el Verbo,

y el Verbo estaba con Dios,

y el Verbo era Dios".

Los hombres pueden hablar a favor o en contra de ese mandato pero el Verbo, se cumplirá. Es decir, los seres humanos pueden discutir, disertar, o hacer proselitismo a favor o en contra de la vida o los derechos humanos, pero lo que sí es evidente es que la voluntad divina por un cauce o por otro, ciertamente tendrá que cumplirse y que manifestarse.

La Magia es precisamente la ciencia que verbaliza y que actúa conscientemente en favor de la evolución. ¿Por qué decimos que verbaliza?. Es muy sencillo, se trata de hablar a favor del Plan Cósmico. Se trata de unir pequeñas voluntades individuales a la Voluntad del Mandato Cósmico. Cuantas más personas o individuos conscientemente hablen, es decir, generen a favor del Plan Cósmico, mayor acercamiento y mayor desarrollo existirá de la realización progresiva de esa Gran Obra.

Además, evidentemente, es necesario actuar conscientemente a favor de esa evolución, ya que la evolución precisamente va encaminada al desarrollo y la ampliación de la conciencia, entendido esto en un sentido lo más amplio posible.

Como se ha dicho, "si no se participa en la solución del problema se es parte del problema". Es difícil para el ser humano salirse de su problemática personal o de sus ilusiones individualistas, y esto ciertamente le mantiene un tanto aislado del sentido trascendente de las cosas. El gran problema es que si cada persona no se considera capaz de colaborar en la realización de esa Gran Obra, entonces, evidentemente, la cantidad de efectivos o de "soldados" que están dispuestos a entablar batalla para la realización de la Gran Obra, será

evidentemente pequeño.

La inconsciencia es un peso muerto para la evolución, aunque lógicamente, el despertar de la inconsciencia hacia la conciencia debe de ser gradual. Se ha dicho también que "demasiada luz es perjudicial", y esto significa sobre todo, demasiada luz de golpe y porrazo. Las personas tienen que ir abriendo su conciencia gradualmente y ni creer que tienen una gran misión cósmica de entrada, ni tampoco pensar que su papel en el gran concierto o en la Gran Obra universal es insignificante, y que hagan lo que hagan no van a variar el curso de los acontecimientos de la vida. Ambos extremos son realmente un error, puesto que no nos colocan en nuestro justo centro para empezar a tomar un papel activo en el desarrollo evolutivo de la conciencia y la participación para la realización de la Gran Obra.

Por tanto, la Magia no pretende inventar, ni guiar y ni siquiera iluminar a nadie. La Magia se pone fundamentalmente al servicio de la evolución, y si pensamos que la evolución es algo increíblemente inteligente y con una potencia inigualable, es lógico pensar que quien se ponga a favor de la evolución no va a tener precisamente falta de trabajo, y que no va a estar desocupado. Por tanto, aquí entablamos contacto con el sentido original de la palabra Magia que viene de maestría o magisterio, de la raíz etimológica Magister. Por tanto, significa ir adquiriendo un mayor talento, un mayor don o capacidad sobre las fuerzas naturales a las cuales puede tener acceso el ser humano y que ciertamente, en la teoría no poseen límite. Por tanto, existe una gran unión entre la palabra Magia y el concepto de karma. Especialmente, hay que entender que la palabra karma está siendo deformada en su concepto original. Se asocia comúnmente como una especie de observación pasiva de la realidad, en la cual, ya todo está predeterminado en función de los actos anteriores. Todo lo contrario ocurre con la palabra karma si vamos a su raíz etimológica sánscrita, que precisamente se refiere al concepto de "acción". Por tanto, por un lado tenemos la Magia como manejo de las fuerzas, y el concepto karma como acción y participación activa.

El Mago ciertamente es alguien que está al servicio de..., y no utiliza la ciencia mágica para servirse de... Quien intente esta última vía, sistemáticamente siempre va a caer del círculo de protección mágico, y ahí no se podrá quejar de las consecuencias.

Ciertamente existen desviaciones de la Magia. Se le ha dado diferentes denominaciones: como magia negra, como magia gris, etc. En realidad, sólo hay una verdadera Magia, que es la Magia Blanca.

Este es un punto muy importante. Podemos pensar que hay personas que se vuelven maestras en el arte del mal. Quizás pensemos que también eso es maestría, porque se está adquiriendo una destreza en el uso de las fuerzas personalistas, egocéntricas, egoístas o incluso contrarias a la verdad. Pero si entendemos que la Magia reside en las fuerzas cósmicas, y que el fin último del Universo es la evolución de la conciencia, queda claro que el concepto de magia negra es contrario o se mantiene ignorante del propio fin último del Universo. Lógicamente, hay personajes a lo largo de la historia que han pretendido cambiar el decurso de la misma para llevar las cosas a su terreno o a su idea personal, pero siempre se ha demostrado que el ser humano no se puede enfrentar al decurso histórico y biológico de los acontecimientos.

Por tanto, el concepto teórico de la magia negra sería algo relativo en tanto en cuanto no es posible ir en contra del plan cósmico evolutivo que conduce hacia la realización de la Magna Obra. Esto, evidentemente, no significa negar la existencia de la magia negra, sino todo lo contrario, ya que ésta se encuentra enmarcada dentro de la ley de polaridad, que al fin y al cabo es una manifestación de la ley de la unidad, una vez que la unidad entra en la dinámica real. Así, la magia negra se coloca a favor de las potentes fuerzas autodestructivas que existen en el universo, siempre entendiendo que estas últimas se encuentran enmarcadas en el plan total divino.



3. ¿ES LA HUMILDAD UNA CLAVE ESENCIAL EN MAGIA?.

La humildad es la actitud mental que permite estar atento, tanto a los grandes como a los pequeños detalles.

Ser humilde no es agachar la cabeza, sino tener un estado mental de finura, el cual es bastante opuesto al complejo de superioridad, aunque también al de inferioridad. Estos son dos extremos dentro de la naturaleza humana, al igual que sucede con el estrés y con la depresión, que son estados mentales que conforman las dos caras de una misma moneda.

El estrés es la sobrexcitación o recarga del sistema nervioso y se manifiesta por lo general como un aumento excesivo de la actividad de nuestro sistema nervioso inconsciente simpático. Sin embargo, la depresión supone un enlentecimiento de las funciones psíquicas y corporales, y se puede relacionar, en cierta medida, como un exceso en la recarga de energía en la parte Yinn de nuestro sistema nervioso autónomo, que es el comúnmente llamado parasimpático.

Esto simplemente es una manifestación más de la ley de polaridad, tal como sucede de la misma forma en el cerebro con los neurotransmisores, que establecen la conexión bioquímica entre las neuronas o células cerebrales. Como sabemos, las neuronas transmiten sus "mensajes" a lo largo de ellas mediante impulsos eléctricos pero, al llegar al término de una ramificación determinada, existe un espacio interneuronal en el cual no existe contacto físico con la siguiente neurona. Ahí, al final de la ramificación neuronal, existen unas pequeñas vesículas que contienen los llamados neurotransmisores, que son compuestos químicos que a la llegada del impulso nervioso, dentro de la propia neurona son liberados al espacio interneuronal. Es este neurotransmisor o compuesto químico el que realiza la conexión o el impacto en determinadas células diana que se encuentran en la ramificación de la siguiente neurona.

Ya desde hace bastantes años se sabe que los neurotransmisores, en función del equilibrio o desequilibrio que mantengan entre sí, producen determinados estados mentales, los cuales también están bipolarizados: estrés y depresión, esperanza y desesperanza, actividad y desgana, etc.

Por tanto, hecho este breve paréntesis, cuando hablamos de humildad nos estamos refiriendo a un estado de sutileza mental, que hace que la conciencia humana esté ajustada en su punto central, tal como indica el símbolo del Sol. Recordemos que este símbolo se ha representado por un círculo como indicativo de la conciencia, en cuyo centro exacto posee un punto. Este punto indica precisamente el centro de mando de la conciencia y de la voluntad.

Por tanto, humildad es tanto no pasarse en la propia conciencia del yo, creyéndose por ejemplo, un enviado o un gurú llamado a liberar a alguien de sus pecados, como también reside en el hecho de reconocer la propia valía personal y las potencialidades internas que cada uno tiene.

Evidentemente, el desarrollo de la conciencia es espiral y no circular. Esto se estudia astrológicamente y, más concretamente, astrosóficamente (Astrosofía es la Astrología Esotérica) mediante el llamado movimiento hacia el Apex del Sol.

El movimiento hacia el ápex es un movimiento que tiene el Sol hacia un punto determinado en la bóveda celeste y que hace que el movimiento de la tierra alrededor del Sol no sea circular sino espiral. Esto es lógico, ya que si el Sol se proyecta hacia un punto determinado del Universo, el movimiento circular de la tierra, en plano alrededor del Sol, se convierte dinámicamente en un movimiento elíptico de resorte hacia el mismo punto llamado ápex. Esto, desde el punto de vista de la Magia y de la conciencia, significa que en cada momento hay que seguir estando en el centro.

Encontrar el centro no es algo estático. Es un proceso dinámico del desarrollo interno de la conciencia, ya que en cada momento vamos descubriendo aspectos nuevos de nosotros mismos, que es lo que simbólicamente significaría una teórica amplificación del perímetro de ese círculo que confirma el símbolo del sol. Es decir, el punto siempre está en el centro pero el diámetro del círculo que lo rodea es cada vez un poco mayor. Por tanto, según vamos siendo conscientes de nuevas potencialidades internas, debemos ser capaces de utilizarlas y desarrollarlas como dones personales puestos al servicio de algo positivo. El ser humilde no es mantenerse en la ignorancia, o simplemente negar lo evidente, que es que estamos hechos potencialmente a la imagen y semejanza del Creador.

En el sentido contrario, el mismo error o el mismo desequilibrio se manifiesta cuando la persona se cree más de lo que realmente es capaz de manifestar en un momento determinado de su trayectoria espiral evolutiva. Eso produce también una alteración en la conciencia del yo y, por tanto, no se está siendo de igual manera, un buen canalizador o un buen "aparato de radio" de las ondas cósmicas que continuamente estamos recibiendo.

Por ello, tanto lo comúnmente denominado complejo de inferioridad como el también llamado complejo de superioridad son desequilibrios en la conciencia, que curiosamente suelen alternarse en un momento y en otro, al igual que muchas veces una semana de depresión es consecuencia de una temporada reciente en la cual existió sobreexcitación o estrés en el sistema nervioso.

Por tanto, para ser capaz de maniobrar las energías que en todo momento nosotros recibimos, es necesario mantener una conciencia justa del yo o del ego, como dicen algunos místicos.

Si nos creemos demasiado poco, realmente estamos cerrando demasiado el diámetro del diafragma, tal como sucedería con una cámara fotográfica, con lo cual, no habrá suficiente luz en la fotografía. Por el contrario, si se abre excesivamente el diafragma y pensamos que estamos por arriba de nuestras posibilidades o de nuestra altura de vuelo, entonces, siguiendo el mismo símil, el diafragma se abre excesivamente y la foto sale demasiado clara o inclusive semivelada.

Este es el concepto amplio de lo que entendemos por humildad, y es algo especialmente difícil, probablemente más que el equilibrio que realiza el equilibrista o funámbulo sobre el cable colocado a muchos metros de altura en el circo. Esto recalca la idea de que el equilibrio en el ser humano tiene que ser un equilibrio dinámico y de que continuamente hay que realizar un proceso de ajuste, puesto que somos muchísimo más complicados que el más complejo sistema de radio aficionado.

Si mantenemos ese grado de apertura hacia las fuerzas cósmicas circundantes en su justo nivel, entonces logramos interpretar bien la señal.

Si se produce un excesivo cierre o una demasiada apertura, entonces esas ondas las continuamos recibiendo, pero sucede que ya entran distorsionadas y nuestro cerebro no es capaz de interpretarlas correctamente. Esto, frecuentemente conduce a desviaciones en el justo sendero en el caminar de la conciencia, con pérdidas de tiempo relativamente importantes.

Esto sucede a pesar de que, como ya sabemos, tales teóricas pérdidas de tiempo servirán para tomar conciencia de facetas de la realidad desequilibrada que nos van a hacer tomar una mejor conciencia de cuál es el verdadero equilibrio. Por tanto, el caminar de nuestra conciencia es frecuentemente serpenteante, ya que, al ser capaces de recibir un mayor nivel de energía en una determinada etapa, es bastante normal que se produzca un excesivo cierre o una demasiada apertura con respecto a esas fuerzas universales. Por ejemplo, la persona que ha subido socio-profesionalmente de un manera rápida, puede empezar a patinar en ese nuevo nivel vibratorio de energía kundalínica material, y eso es debido precisamente a que ante una nueva amplificación de su conciencia y de su campo de acción, se encuentre hasta cierto punto realizando sus primeras novatadas.

En esos momentos, le puede suceder tanto que se sienta inseguro y que se considere un tanto incapaz de manejar esas nuevas posibilidades y responsabilidades como, por el contrario, que incluso alternando con otros momentos se sienta demasiado eufórico y casi dueño de medio mundo.

Estas sensaciones comentadas son especialmente importantes de analizar internamente para saber en cuál de las tres fases se encuentra nuestra conciencia, ya que existe una fase de excesiva amplificación, otra de excesivo cierre y una tercera del justo equilibrio.

Humildad no es creerse poca cosa, sino saber estar en el sitio justo y en el momento justo. Esta es una frase que puede iluminar bastante el tema que estamos comentando, ya que la conciencia se encuentra en una interrelación con el mundo de la realidad y, por tanto, esto significa lo mismo que decir que la conciencia está en intercomunicación con la esfera espacio-temporal.

Debido a ello, cuando nuestros movimientos, nuestras acciones, nuestras decisiones, nuestros pensamientos o nuestros sentimientos están un tanto desligados de nuestra realidad, significa que existe un desajuste de nuestra conciencia, y esto se ha de solucionar lo más rápida y certeramente posible.

No es buena sensación para el espíritu el encontrarse aparte o aislado del mundo real pensando, como al principio se interpretó en ciertos libros semiesotéricos, que la realidad es simplemente Maya o ilusión. Esto ha sido una interpretación errónea del concepto Maya proveniente del hinduismo, al igual que el concepto Karma que llega de la misma cultura también ha sido sacado totalmente de su contexto original.

El concepto de Maya nos indica que la realidad circundante de por sí sola puede efectivamente engañar, tal como dicen algunos refranes: "no es oro todo lo que reluce", "las apariencias engañan", etc. La cuestión es que para superar este efecto de imagen aparente es necesario trascender hacia el mundo oculto que se encuentra detrás de esa realidad física, y ahí es cuando esa conjunción entre la realidad visible y la realidad invisible nos va a dar, según el concepto del objeto y su imagen especular, la verdadera clave acerca de la realidad. Por tanto, no penetrar en la realidad y no realizar esa coherencia o esa chispa eléctrica entre conciencia y materia significa estar eludiendo nuestra propia responsabilidad.

Maya no es un visado para huir de la realidad e ir dejando la solución de nuestras situaciones o problemas cotidianos para más adelante o incluso para casi nunca. Esto es una mala técnica para la conciencia, ya que tarde o temprano nos vamos a encontrar en la realidad ante nuestra propia imagen especular, es decir, se van a comenzar a desajustar determinados elementos de nuestras situaciones personales, lo cual estará indicando simplemente que existe un desbarajuste o un deslavasamiento entre la conciencia del yo y la realidad circundante.

Esto está exactamente ligado a lo que anteriormente se había comentado acerca de la responsabilidad de cada cual y la necesidad de tomar las riendas de su propia realidad, que es lo que mal se suele llamar destino.

Aquí podemos recordar la leyenda de Icaro o la leyenda de uno de los hijos de Apolo.

El primero logró volar pegando plumas con cera a su cuerpo, mientas que uno de los hijos de Apolo insistió hasta la saciedad ante su padre, de que quería llevar por un día el carro del Sol. A ambos les sucedió lo mismo y es que se acercaron excesivamente al Sol. Las consignas de sus maestros eran no volar ni demasiado alto ni demasiado bajo, sino simplemente a su altura.

A Icaro se le fundió la cera por la que tenía las plumas pegadas a su cuerpo y por lo tanto, cayó al mar y murió, mientras que el hijo de Apolo causó grandes estropicios tanto por subir demasiado como por bajar demasiado con el carro del Sol. El propio Júpiter-Zeus se encargó de fulminarlo con un rayo.

Esto nos habla simbólicamente, a través de la muy pedagógica Mitología, de lo trascendental y trabajoso que es mantener las riendas del carro solar, que es, ni más ni menos, que mantener las riendas de la conciencia del yo.

Por tanto, el ser humano está siempre rodeado o inmerso en fuerzas que son evolutivas, vitales, ascendentes, realizadoras, centradoras y esenciales. Estas son las fuerzas que el mago pretende canalizar, ya que, obviamente, existen otras que son justo del carácter contrario u opuesto.

Si queremos obtener la denominación de esas fuerzas opuestas no tenemos más que buscar el antónimo da cada una de estas palabras y observaremos perfectamente cuáles son las características esenciales de las fuerzas contrarias en el Universo.

Se trata de fuerzas evolutivas porque van imparablemente hacia adelante, son fuerzas vitales porque son las que trabajan a favor de la vida, son ascendentes puesto que pretenden una elevación en los diferentes niveles del ser humano, son realizadoras porque el ser humano se va conjugando a sí mismo según va tomando conciencia y dominio sobre la realidad, son centradoras por el propio símbolo del Sol que ya se ha explicado y, por último, son esenciales puesto que lo que queda realmente de las experiencias humanas es esa esencia de las experiencias, la cual queda depositada en la conciencia.

El mago pretende mediante su conciencia provocar un chispazo, proyectando una fuerza hacia arriba y haciendo que por ley de Acción y Reacción, se proyecte otra hacia bajo, llamándose normalmente este segundo término descenso. Aquí es cuando se produce el fenómeno de la gracia, de la intuición, de la oportunidad o del chispazo de la voluntad.

Más que de poderes, en Magia se habla de estos conceptos.

Ciertamente, el concepto de poder puede ser erróneo cuando no se entienda que todas y cada una de las capacidades del ser humano dependen de la voluntad de las fuerzas cósmicas. El ser humano no puede realizar absolutamente nada si no es aprovechando esas energías que la naturaleza le proporciona. Por tanto, cuando se habla de desarrollo de poderes ocultos siempre ha de ser desde un punto de vista progresivo y en armonía con las leyes naturales. De otra forma, perseguir esos teóricos poderes por simple curiosidad, o por intento de dominio sobre los demás, resulta un camino bastante extraviado debido a que, por su propia naturaleza, es contra-natural.

Se habla por los conocedores del tema mágico que el verdadero Mago llega a generar como una especie de pirámide energética con la punta hacia arriba sobre su cabeza, y simultáneamente, eso está acompañado de una pirámide con la punta hacia abajo que se genera de arriba hacia abajo. Esto viene muy bien representado por la estrella de David o sello de Salomón, en la cual se engarzan equilibradamente dos triángulos equiláteros: uno con la punta hacia arriba y el otro con la punta hacia abajo. Esta es la operación fundamental en la Magia, pero no es tan sencillo como simplemente imaginar mentalmente ese triángulo o pirámide con la punta hacia abajo. No es suficiente para que se provoque el chispazo o el descenso con un simple ejercicio de generación de una imagen mental, aunque, evidentemente ello puede ayudar en cierta medida.

Como se ha dicho anteriormente, se necesita un proceso de preparación del momento en cuestión. Ciertamente, las cuestiones de carácter ritual son importantes pero no son las verdaderamente trascendentes, sino que son las que acompañan o dan ilustración al acto en sí.



4. ¿EN QUE CONSISTE LA CONSCIENCIA O PREDISPOSICION (APERTURA) DEL MAGO?.

Hay una serie de atributos fundamentales en el Mago.

Es conveniente aquí que nos desengañemos en este punto del estudio. La naturaleza no da nada gratis y, por tanto, nada que no haya sido previamente trabajado puede fructificar o recibirse como fruto. Por tanto, la calidad personal, en un sentido amplio de la palabra, es requisito esencial para ir escalando en el sendero de la evolución. Algunos atributos tradicionales son la paciencia, la sinceridad y la autodisciplina, y a continuación, los veremos punto por punto.

La paciencia es algo que en un momento determinado, podemos pensar que tenemos suficientemente desarrollado, pero es seguramente un atributo que siempre resulta todavía más difícil de desarrollar. Es decir, no se termina nunca de ser suficientemente paciente.

La paciencia es ese atributo o virtud que nos permite un cierto control en el manejo del tiempo porque de otra forma, el tiempo nos domina totalmente a nosotros.

Ser paciente no significa ser pasivo durante una espera más o menos larga. Ser paciente es entender lo que se ha dado en llamar en Psicología Trascendental la Evolución Infinitesimal de la Conciencia.

Ser paciente es ver esos cambios minúsculos y progresivos en el desarrollo de la conciencia y saber valorarlos. Por tanto, la consciencia no se desarrolla a asaltos, al igual que en la naturaleza no existe la discontinuidad.

La paciencia significa extraer tiempo del tiempo, fundamentalmente obteniendo enseñanza de cada uno de los acontecimientos que se produce en el decurso temporal.

Ser paciente no significa simplemente refrenarse o apaciguarse para no lanzarse demasiado. Ser paciente es saber valorar en cada momento las experiencias que estamos teniendo como suficientemente importantes, relevantes y a ser posible, motivadoras.

Ser impaciente significa querer saltar o brincar al siguiente paso sin haber asimilado correctamente el anterior.

Por lo tanto, ser paciente no es tanto poder esperar tres días para comer, sino probablemente, masticar cada bocado lo suficiente y poder extraer de él toda su energía.

Ser paciente significa saber reconocer que en cada momento, la realidad espacio-temporal que llamamos presente, tiene un relevancia fundamental y trascendente para nuestra vida.

Ser impaciente significa tener la mente distraída, no saber valorar lo que en cada momento tenemos enfrente y, como consecuencia, estar buscando continuamente sensaciones nuevas o diversas para entretener la mente.

La sinceridad es algo fundamental, y para ello sólo tenemos que observar el símbolo del "ojo que todo lo ve" del Templo Mazónico. Son dos columnas sobre las que se mantiene un frontispicio triangular y en el cual se encuentra un ojo abierto y radiante. Este ojo, evidentemente es el ojo del que todo lo ve, al cual no es necesario mencionar. Eso queda suficientemente claro.

Las leyes naturales nunca pueden ser engañadas, precisamente porque todo lo ven. Es así que "primero verás mis reflejos y luego me verás cara a cara", tal como dice en La Biblia. ¿Qué significado posee esta sentencia?. Es evidente que el ser humano cuando entra en le sendero de realización superior, es consciente de que sus actos tienen una repercusión en los planos sutiles o a veces llamados ocultos. Eso no significa que haya que hacerlo todo perfecto al cien por cien, porque eso es absolutamente imposible, pero nadie que pretenda entrar en el sendero de la realización superior o de la Magia puede pensar que se puede engañar a sí mismo o que puede engañar a las leyes naturales. Por tanto, la sinceridad no es para el Mago una cuestión de norma moral o de guía de comportamiento simplemente, sino que es una cuestión de puro sentido común.

Podríamos decir que es cuestión de ciencia divina, porque no se puede engañar a aquello que todo lo ve. Hasta cierto punto, esto significa una ampliación hasta límites considerables de lo que Freud llamaba el super-yo, que era como él definía a la conciencia moral, entendiendo este concepto del ojo que todo lo ve.

No es cuestión de portarse bien o de ser bueno simplemente, sino de entender que "en el Universo no cae una sola hoja sin que el resto de él lo sepa".

Por tanto, considerar el efecto trascendente de nuestros actos y realizaciones es algo que no crea una especie de presión psicológica continua, pensando que pudiéramos recibir un castigo en cualquier momento si no hacemos lo correcto, más bien sucede todo lo contrario. El saber perfectamente que nuestros actos tienen una relevancia en los planos sutiles, simplemente conduce a actuar con naturalidad, y a no hacerse una idea del mundo anárquica, desbarajustada o simplemente casual. Implica sencillamente entender, tal como sucede en el plano físico, que las cosas están unidas por leyes precisas.

Recordemos lo que sucede en las clásicas piñatas infantiles. A la persona en turno que va a dar el número de golpes que tenga permitido se le vendan los ojos, y los demás le hacen perder el sentido de la ubicación haciéndole girar sobre sí mismo. Luego se puede tener una, dos o tres oportunidades para dar con el palo en el sitio preciso a la piñata y obtener los regalos. Evidentemente, no se nos ocurre pegarle al suelo, ni tampoco pegarnos a nosotros mismos. Siempre vamos a apuntar hacia una altura en la cual visualizamos que se encuentra la piñata. En cambio, si no tuviéramos la venda, iríamos directamente al grano y nuestras posibilidades aumentarían enormemente.

Lo mismo ocurre con la toma en consideración del ojo que todo lo ve, que significa quitarse la venda e ir directamente al grano y a lo esencial de las situaciones, sabiendo valorar cada momento presente en su justo término.

La autodisciplina significa simplemente aplicar la ley del ritmo y la cadencia a nosotros mismos.

Esto no significa reprimirse o renunciar al recreo y a la diversión, ni tampoco dejar de vivir, tal como se usa la expresión coloquialmente.

La autodisciplina implica establecer de forma racional momentos de descanso y recreo y, de esa forma, recargar nuestras baterías.

Autodisciplinarse significa tener en cuenta nuestra propia naturaleza humana, la cual tiene evidentemente limitaciones impuestas en el nivel corporal. Pero también es cierto que, tanto el cuerpo como la mente necesitan un ritmo y una cadencia para irse formando a sí mismos. Si no existe ritmo en las actuaciones y en los pensamientos, se genera la dispersión, y habiendo dispersión no obtenemos ni la milésima parte de nuestras potencialidades personales.

Por tanto, no hay que pensar que el desarrollo personal evolutivo se puede hacer simplemente de vez en cuando, sino que es una filosofía, un concepto o una trascendencia de la vida que se tiene que impregnar en todo el ser mismo.

Un cuarto atributo fundamental es lo que podríamos denominar la Visión Iniciática de las cosas.

La tan traída y llevada palabra de la Iniciación, no significa que haya que estar realizando continuamente rituales más o menos floridos. La visión Iniciática proviene del propio significado de la palabra, que implica iniciarse a algo o en algo. La palabra iniciarse conlleva implícitamente un cierto reconocimiento del atributo de la humildad, ya que habla de inicio, de empezar y, quizás, de principio. ¿esto que significa, que siempre somos novatos?. No, en absoluto. Pero lo que sí es cierto, es que cada nuevo tramo o experiencia crucial en la vida produce un salto cualitativo y cuantitativo hacia otro nivel, y esos procesos críticos, cruciales o esenciales son los que requieren especialmente de un proceso de iniciación consciente. Pasar de la vida de estudiante a la de buscador de empleo requiere de una iniciación hacia esa fase segunda. Pasar de la vida de soltero a casado también requiere su iniciación, con su experiencias, sus pruebas y sus satisfacciones características, obviamente especiales e individuales para cada persona.

La Visión Iniciática es también la toma de conciencia de la trascendencia y el sentido no solamente de las pruebas de la vida, sino de todo lo que signifique también abundancia y realización en un momento dado. Es, en síntesis, una conexión con la realidad, pero siempre observando la realidad y actuando sobre ella, estando conectado con el plano sutil o simbólico. Es decir, no es lo mismo querer hacer dinero porque sí, que querer hacer dinero bajo una comprensión de la materia como energía circulante o como una de las manifestaciones fundamentales del Kundalini. Por tanto, no se trata simplemente de ser un espectador mas o menos crítico de la realidad, sino de dar a esa realidad una vertiente y posteriormente un movimiento basado o cimentado en elementos filosóficos, morales o simplemente, en eso que hemos llamado la Visión Iniciática de las cosas.

Estamos sacando conclusiones importantes acerca del verdadero sentido de la labor mágica. Existen dos planos entre los cuales el estudiante de Magia es bien consciente de que se encuentra justo en medio de ambos. Por un lado, está el plano de la realidad cambiante y continua.

A la Magia no se le podría llamar maestría si la realidad no fuera cambiante, porque de esa manera sería sencillo tener un catálogo de soluciones practicas y aplicables, quizás estudiadas por los sabios y entonces, nosotros nos limitaríamos simplemente a actuar y a seguir la receta. Sin embargo, la realidad es cambiante y continua. Es cambiante porque la mutación, tal como dirían los chinos, es un elemento fundamental de la propia realidad pero, simultáneamente, existe un continuo que liga unos acontecimientos con los otros. Si esto no fuera así, viviríamos en un Universo estático o rígido, y a la vez, un Universo discontinuo y sin porqués.

El segundo plano es el que podríamos llamar Cósmico Simbólico, en el cual procuramos acercarnos lenta y progresivamente mediante nuestras facultades psíquicas mentales y espirituales, a lo que es el plano fundamentalmente causal del Universo, es el que hemos llamado el Plano de los Porqués.

La labor mágica es la interacción dinámica generada por o mejor dicho a través de una persona, entre ambos planos o niveles.



5. ¿COMO GENERAR LA CONEXION MAGICA?.

La pregunta se podría formular de la siguiente manera: ¿cómo alcanzar un plano que es abstracto, sutil y escurridizo, por no decir resbaladizo?.

El simbolismo universal da las claves teóricas cara a diseñar los elementos de una ceremonia mágica. Por ejemplo, las palabras de fuerza o mantrams, las posturas, los gestos, los movimientos corporales, las formulas mágicas, etc., pero tal como habíamos dicho, no es suficiente con invocar la formula para poder ejecutar el contenido de esa fórmula.

Desde los albores de la humanidad, nuestros antecesores realizaban pinturas ceremoniales en las cuevas donde vivían, del tipo de las que se localizan en las famosas Cuevas de Altamira.

Ahí, los guerreros danzaban y verbalizaban sus palabras de fuerza cara a conseguir un fortalecimiento interior previo a la caza. Estas ceremonias o rituales primitivos tenían precisamente como fin el fortalecerse y mentalizarse ante una labor que de por sí iba a ser bastante dificultosa y complicada, y siempre arriesgada, evidentemente. Ahora, es claro que si nuestros antepasados se hubieran limitado simplemente a realizar la ceremonia previa a la caza, muy probablemente, nosotros no estaríamos aquí. Por tanto, la ligazón entre simbolismo o ceremonial, por un lado, y lo que es en sí la realidad por el otro, son algo totalmente inseparable. Este acto tan sencillo y primitivo que observamos en las pinturas de estas cuevas, es algo que ha llegado hasta nuestros días con diferentes denominaciones, tales como conscienciación, control mental, programación personal, etc. Todo lo que suponga una capacitación mental previa a un acto práctico, facilita el desarrollo del éxito en dicho acontecimiento de la vida real.

Nuestra mente es, hasta cierto punto, como un gran acumulador de energía. Evidentemente, no se trata solamente de acumular, sino de descargar o conducir esa energía hacia un punto externo y determinado. De otra forma, se genera el famoso síndrome de muchos estudiantes de esoterismo, de Astrología y ciencias afines, que se llenan o cargan su cerebro excesivamente de teorías pero que luego no pasan a la práctica, lo cual produce un colapso o como mínimo, un desviamiento dentro del trabajo metafísico. Llega un momento, en este caso, en que la mente se coloca fuera de los parámetros de la realidad y ello puede tener resultados bastantes negativos para la propia vida de la persona, ya que ésta se encuentra desfasada con respecto al ritmo o la cadencia de sus acontecimientos externos.

No debemos engañarnos pensando que la realidad externa es simplemente la realidad externa, y que la podemos considerar como algo ajeno a nosotros.

Esto es la propia negación de la subjetividad humana, según la cual, cada uno percibe la realidad de acuerdo a su propia estructura interna. Por tanto, la realidad tal como nosotros la observamos, no es la realidad, sino que es esa fracción de la realidad que nosotros somos capaces de percibir.

Ya el discípulo de Freud, Carl Gustav Jung, habló acerca de esa misteriosa interacción entre el yo subjetivo y los acontecimientos externos.

El pudo comprobar, a través de sus investigaciones, que una vez que se produce un cambio internamente, éste se manifiesta en un determinado lapso de tiempo, como una consecuente transmutación en el ambiente externo. Y simultáneamente, una transformación en el ambiente está también en relación con una reacción o nueva actitud interior, o quizás no tan nueva.

Por tanto, la preparación previa antes de realizar un acto -en este caso el Acto Mágico- no es algo que sobre en absoluto, aunque evidentemente, tampoco debe dilatarse más de la cuenta.

Nuestra mente es un acumulador de energía y nosotros podemos irnos preparando y elevando nuestro nivel vibratorio mental cara a la realización de un proyecto específico o de un acto específico.

Una vez que percibamos que hemos alcanzado el suficiente nivel de fuerza mental concreta, entonces será el momento de realizar los movimientos físicos, realizar la verbalización o fórmula adecuada, etc.

Por tanto, la pregunta clave es la siguiente: ¿Es suficiente con invocar los símbolos para alcanzar las fuerzas del plano que hemos dado en llamar cósmico-simbólico?. Se puede decir que es condición necesaria pero no suficiente.

En cualquier caso, hay que aclarar que a elegir entre los dos polos: el de la fuerza mental concreta acumulada, y por otro lado, todo lo relativo a la invocación de los símbolos, siempre hemos de quedarnos con el primer factor.

Esto significa que lo que verdaderamente dictamina de antemano la efectividad de un Acto Mágico simbólico no es la perfección simbólica ritual, sino la fuerza mental concreta que se halla detrás de la puesta en práctica de los primeros. Dicho de otra forma, si partimos de dos personas o de dos grupos de personas que realizan un Acto Mágico con una forma exterior simbólica exactamente igual, lo que va a diferenciar la efectividad de uno o de otro acto va a ser la preparación, la capacitación, el proceso de maduración y la fuerza de voluntad que cada uno ponga en el empeño.

Pero tampoco podemos pasar por alto la importancia de los símbolos, ya que se puede dar el caso de que una fuerza mental concreta intensa pueda llegar a desvirtuarse si los símbolos que se utilizan no son los correctos. Esto, evidentemente, tiene un cierto margen de tolerancia. No tiene una mayor importancia que por equivocación la persona haga un giro sobre sí misma de izquierda a derecha en vez de derecha a izquierda, siendo este último el correcto. En cambio, si tiene un efecto visual y simbólico importante que si se coloca en el altar de operaciones una estrella de cinco puntas, que ésta se coloque con una punta hacia abajo, lo cual es propiamente el símbolo de la magia negra. Por tanto, la ilustración acerca de los símbolos procurando que estos sean siempre lo más claros y lo más universales posibles, es algo que ciertamente potencia y amplifica la fuerza mental concreta que la persona acumule cara al Acto Mágico.

En síntesis, estamos hablando de la necesidad de realizar una unión entre dos polos, que en definitiva son la materia y la energía.

La mente, de alguna forma se encuentra instalada entre esos dos niveles. El ser humano es capaz de manejar y mover la materia dentro de ciertos límites, y también puede manejar y mover la materia inteligentemente según ciertos límites, y es capaz también de invocar fuerzas sutiles de los planos cósmicos.

Tanto el manejo de la materia en forma de economía y de dinero, como lo que es el conocimiento universal de los símbolos, requiere de preparación y de capacitación. Pero la Magia no es ni sólo manejo de la materia, ni solamente manejo de conceptos abstractos o simbólicos. Por tanto, no es ni lo que sería un terreno puramente material, ni tampoco un terreno puramente teológico o abstracto. Es, por tanto, la ciencia y el arte que trabaja la dualidad materia-fuerzas cósmicas, de manera inteligente, tratando de buscar el tercer elemento que conforma la trinidad del Universo. Es decir, el ser humano se encuentra entre medio de dos polos, con lo cual, cuando el practicante de Magia ya toma conscientemente las riendas del acto, está tratando de ser un puente o nexo de unión entre dos estratos o esferas del Universo. Es, ciertamente, lo que se da normalmente en llamar el principio de la triunidad o de la Trinidad simplemente. Por supuesto, que el ser humano no puede pretender ser un contacto o un conducto continuamente entre estos dos tratos o niveles -la materia y el plano cósmico-. El ser humano no tiene capacidad como para permanecer siempre haciendo de puente entre ambos niveles. Aunque sea capaz de conseguirlo de vez en cuando, a través de mucho trabajo y de mucha concentración, ya podemos decir que está cumpliendo bastante con un papel consciente dentro del concierto evolutivo universal.

Recordemos que los planos sutiles tienen movimientos, recovecos, puertas, cierres, guardianes, falsos maestros, y un larguísimo etcétera, para entenderlo veremos algunos ejemplos.

Cuando hablamos de movimiento, significa que no todos los momentos son iguales o idénticos para realizar un Acto Mágico. Puede suceder por ejemplo que se haya programado con anticipación de una o dos semanas la realización de una ceremonia sencilla al estilo druida en el campo entre un grupo de amigos que tienen una cierta consciencia de la realización de un Acto Mágico en contacto con la naturaleza. Sin embargo, pueden surgir una serie de impedimentos, o puede que no surjan impedimentos pero una vez llegado al momento, es posible que los participantes no se encuentren suficientemente relajados o en sintonía como para realizar el acto. En este caso, se puede optar por aplazarlo unas horas, o incluso por suspenderlo. Si han surgido excesivas pruebas cara a la realización de ese acto durante los días precedentes a la fecha previamente concertada, se puede tratar simplemente de pruebas normales o naturales que suelen surgir o, también, se podría tratar de un aviso que nos podría estar indicando la conveniencia de aplazar la fecha de realización del acto. Todo, en definitiva, lo que pretende es que cuando el Acto Mágico se realice exista una verdadera integración con el mismo.

¿Que significa esto de la integración?. La integración proviene fundamentalmente de la autointegración, que es la cualidad o atributo psicológico humano que en la Cosmopsicología estudiamos a través del planeta Plutón.

Plutón es el astro de la autorrealización. Una palabra clave fundamental en relación con este planeta es la autointegración y la integración. Esta palabra está muy ligada al proceso de concentración y de toma de consciencia de sí mismo o de toma de consciencia de algo que se va a producir en el exterior.

Cuando una persona se halla en estado de autointegración, quiere decir que no existen facetas de sí misma que le están perturbando o que le están haciendo perder la concentración del momento.

Autointegrarse es fundamentalmente vivir el momento presente con una gran intensidad. Además, cuando se habla de integración, por ejemplo a la hora de que un grupo realice un Acto Mágico, nos estamos refiriendo a la necesidad de que las pequeñas diferencias o disputas que pudieran haber existido en el seno del grupo, se hayan superado armónicamente, y que, además, sus voluntades se aúnen en el propio desarrollo del Acto Mágico. Por ello, tanto la integración como la autointegración son dos palabras que tienen un gran peso específico dentro del sendero evolutivo humano y que. Con frecuencia, se requiere pasar ciertas pruebas para llegar a este estado.

Pero también hablamos de que los planos sutiles poseen recovecos. Cuando citamos esta palabra nos referimos a la posibilidad de que existan porciones de la realidad de las cuales no somos conscientes en un primer momento.

Puede suceder que estemos ante un problema y que sistemáticamente sea un detalle mínimo cuya existencia desconocemos el que está sistemáticamente causando desarmonías en el desarrollo de un proyecto o de un acto cualquiera. Entonces, se trata de relajarse lo más posible y de procurar amplificar nuestra visión. Es algo similar a cuando se nos ha perdido un llavero dentro de la casa y andamos horas y horas buscándolo hasta que llega un momento en que nos damos cuenta de que se encontraba en un sitio por el que habíamos pasado veinticinco veces tratando de encontrarlo. Es como si el llavero hubiera estado en ese momento desmaterializado, aparentemente, pero no pretendemos dar aquí una explicación de ciencia ficción. Desde el punto de vista mental, tiene una explicación más científica el pensar que ese llavero estaba posiblemente "desaparecido" de nuestro espectro mental. Es decir, estábamos con nuestra mente buscando una frecuencia en la cual el llavero no se encontraba, simplemente. Por tanto, no es que hubiera desaparecido materialmente, sino es que estaba desaparecido para nuestra mente, y nosotros pudimos haber dirigido la vista hacia ese punto en concreto donde el llavero se encontraba -por ejemplo sobre una mesa-, y simplemente no fuimos capaces de verlo. Esto es algo que sucede muchas veces con los llamados popularmente magos, es decir, aquellos que realizan trucos o ilusiones de Magia. Ellos son capaces de hacer aparecer o desaparecer cosas de nuestra vista, no tanto porque las hagan desaparecer realmente, sino porque tienen ellos la habilidad y la técnica para jugar con nuestros sentidos y siendo capaces de poner o quitar fuera del espectro de nuestros sentidos determinados objetos.

Por tanto, cuando hablamos de la existencia de recovecos en los planos sutiles, requerimos precisamente, ante situaciones en las cuales algún detalle o varios se nos están escapando, ser capaces de relajar la mente y procurar sintonizar con la frecuencia que en ese preciso instante nos está resultando un tanto ajena. Es lo que podríamos llamar "ángulo muerto" de nuestra psiquis.

Como usted sabe, fundamentalmente si conduce, existe un espacio de poco más de uno o dos metros que se encuentra por el lado del retrovisor exterior izquierdo del automóvil y que es el punto en el que se puede colocar un coche sin que podamos verlo, justo después de haber salido del campo de visión del espejo retrovisor interior del coche y antes de entrar en el campo de visión del espejo exterior izquierdo del automóvil.

Además, existen en los planos sutiles puertas y, por tanto, cierres y aperturas. El concepto de cierre y apertura desde la perspectiva mágica ya había sido tocado en los capítulos precedentes de este curso, y aquí vamos a darle, todavía si cabe, una mayor relevancia a ambos conceptos.

La idea de una puerta es algo similar a lo que sucede cuando un vehículo espacial del tipo de los trasbordadores de la NASA, tales como el Atlantic o el Columbia, tienen que tener en cuenta tanto la hora de salir de la órbita terrestre como a la hora de volver a penetrar en ella. Ahí se habla de ventanas a determinadas zonas por donde el vehículo espacial ha de entrar o de salir a la atmósfera terrestre, y que son puntos por los cuales va a encontrar un menor choque con partículas electromagnéticas de la Tierra que podrían causar ciertas perturbaciones o interferencias. De la misma forma, el Mago o el estudiante de Magia han de tener en cuenta que en determinados momentos, el Mago pretende provocar con su Acto Mágico un efecto muy específico y concreto en el mundo material, real y visible. Para ello, habrá de buscar el momento en que esa ventana se abre y como consecuencia, quizás tenga que esperar días, semanas, meses o incluso años para lograrlo, dependiendo de la envergadura del efecto que se quiere conseguir.

Con frecuencia, nos obstinamos en realizar algo en un momento determinado a pesar de que sistemáticamente, nos estamos dando de golpes contra una especie de malla muy tupida o de cortina de caucho de gran espesor.

Esto significa que hay momentos en los cuales nuestra mente no es capaz de penetrar o de taladrar las circunstancias externas que se están produciendo en el espacio sutil. El concepto de espacio y tiempo desde el punto de vista sutil es mucho más trascendente, e incluso diríamos que más práctico que el simple concepto físico de espacio y de tiempo.

Para la Magia, el mismo sitio no es el mismo sitio siempre, y en un momento determinado, no tiene por qué ser igual para una persona que para la otra, incluso cuando ambas están viviendo experiencias parecidas.

Explicaremos lo anterior. Quizás hemos intentado realizar un proyecto en una determinada ciudad, o quizás un proyecto dentro de nuestra propia casa, o simplemente buscar un efecto positivo en nuestro ámbito laboral, universitario, o el que fuera. Una tendencia natural es insistir una y otra vez hasta conseguir el resultado que se pretende, u otra posibilidad también bastante corriente es simplemente elegir el momento para actuar de manera simplemente aleatoria o según se nos ocurra.

Imaginemos por ejemplo que alguien pretende conseguir un trabajo, o también que alguien pretende contratar a un buen trabajador. No se trata de hacerlo en el primer momento que se nos ocurra, sino se trata de ir abriendo poco a poco la ventana que permita que ese efecto positivo llegue a aterrizar.

Hay que tener bien claro que cualquier efecto que se quiera conseguir en el plano de la realidad siempre ha de ser, y de hecho es, el producto de un chispazo por "rozamientos" entre el plano material y el plano cósmico-simbólico y, como sabemos, siempre haciendo de transductor o de transmisor la propia psiquis humana que es el elemento canalizador. Por tanto, no se trata de insistir una y otra y otra vez sistemáticamente ante situaciones que se van estancando, puesto que no siempre el hecho de trabajar mucho en el plano físico se vaya a acertar más y mejor. En ocasiones, es preferible tomarse unos días o quizás unas semanas de meditación y recuperación de las baterías personales, y realizar durante ese tiempo un trabajo de carácter más útil. Cuando se pretende realizar algo y sistemáticamente no sale, podemos tender a pensar que se trata de la mala suerte o de ciclos astrológicos que no nos están siendo favorables, y esto desde el punto de vista mágico tiene una forma de ser atacado con energía y con suficiente previsión. Se trata de ir consiguiendo con la mente que se vaya abriendo esa ventana o esa puerta en el plano sutil, puesto que por lo general, siempre se produce primero esa apertura primigenia en el plano sutil, antes de que el efecto se manifieste en el plano material concreto.

De todas formas, la manifestación material es un aviso extraordinariamente importante acerca del estado en que se encuentran los planos sutiles en relación con ese tema. Supongamos por ejemplo, que estamos sistemáticamente buscando una posibilidad de carácter material y económico en una zona determinada o a través de una actividad determinada, o mediante una estrategia específica. Esa estrategia puede ser buscar una oportunidad material en relación con amigos, con o sin socios, con o sin familiares, a través de bancos o sin bancos, y así un larguísimo etcétera de infinitas posibilidades. Cuando observamos que sistemáticamente y de forma machacona se produce un rechazo a lo que estamos realizando y no obtenemos resultados por una determinada vía, podemos optar por dos opciones. La primera es pensar que podemos cambiar el decurso de los acontecimientos y conseguir una ventana donde antes habíamos encontrado todas las puertas absolutamente cerradas. La otra posibilidad es simplemente cambiar de rumbo e ir tanteando por otras rutas de actuación, para así detectar si efectivamente esos lazos sutiles que están trancando la situación empiezan a disolverse. Todavía cabe una tercera posibilidad y es que un tipo de ruta o actuación que hace tres años nos resultó nefasta por ser una gran pérdida de tiempo, resulta que tres años después puede proporcionar grandes resultados, pero eso es precisamente porque se esperó un tiempo para que esa ruta de acción madurara, clarificándose en los planos sutiles. Por todo ello, el concepto de puertas, ventanas, cierres y aperturas es realmente fundamental desde el punto de vista mágico-simbólico.

También debemos hablar de falsos maestros.

Hoy en día hay multitud de personas que dicen que tienen maestros en los planos sutiles, tanto terrestres como extraterrestres, y esto no deja de ser en determinados momentos un cierto peligro porque los planos sutiles muchas veces están ligados a la imaginación, al subconsciente e incluso diríamos que a la hipersensibilidad humana, estando todos estos factores desde el punto de vista astrológico relacionados con el planeta Neptuno. Por tanto, hay que tener especial cuidado y ser sobre todo más escéptico que crédulo, puesto que en este nivel pueden existir en rutas falsas que pueden suponer para el estudiante pérdidas de tiempo importantes, a veces de años e incluso se ha sabido de casos en que durante décadas se ha estado pendiente de determinadas voces o supuestos mensajes sutiles que a la postre resultaron ser simplemente algo producto de lo que los esoteristas suelen llamar un elemental perfeccionado.

¿Quién abre esas puertas?. ¿Quién las cierra?. ¿Quién engaña y da falsas pistas?.

Obviamente, en los planos sutiles existen entidades protectoras: ángeles guardianes, etc., unos con misión individual y otros con misión de mayor rango. Esto no es un gran descubrimiento, porque en el plano material concreto nos damos cuenta de que sucede exactamente lo mismo. Hay personas que van a resultar para nosotros benefactoras en un momento determinado, y otras muchas que pueden resultar una piedra de tropiezo si no nos andamos con suficiente cuidado. Por tanto, en los planos sutiles existen también los llamados ángeles de la guarda, y los maestros que también son de alguna forma los que ponen y organizan nuestras pruebas de una forma evolutiva y jerárquica o jerarquizada. Esto nos da a entender que hemos venido y venimos siendo capacitados para algo, es decir, para una misión importante en nuestra vida. Por tanto, hay algo que es esencial para el estudiante de Magia, y que incluso puede ser algo por descubrir para personas que llevan muchísimos años estudiando Astrología, cábala o esoterismo.

Especialmente para los estudiantes que han tenido contacto con las ciencias relacionadas con lo que solemos llamar futuro, especialmente la Astrología, se suele ver la realidad de una forma un tanto lineal. Dicho de otra forma, para los estudiantes de Astrología, de Tarot o cualquier otra ciencia similar, se suele pensar que la vida se compone de determinados ciclos, unos mayores y otros menores, en los cuales se van produciendo experiencias armónicas o desarmónicas de manera correlativa con tales ciclos cósmicos. Esto, ciertamente es cierto desde el punto de vista teórico, pero la Magia realiza una corrección sobre este concepto, no diciendo que es incorrecto, pero sí enmarcándolo en un escenario bastante más amplio. Por ejemplo, es tremendamente difícil para una persona, incluso interpretando su propia carta astral natal, llegar a mentalizar, a visualizar o siquiera a imaginar las experiencias que puede tener incluso a corto y a medio plazo. ¿Por qué?. Simplemente, porque nuestra mente no puede generar nada que no esté previamente en ella misma. Esto quiere decir que, tratando de imaginar o de mentalizar nuestras experiencias del futuro, estamos tratando de colocar nuestra mente a un nivel que no tenemos hoy en día, pero que sí vamos a tener dentro de un número "x" de semanas, meses o años. Por tanto, es una cuestión de Perogrullo el que resulta prácticamente imposible llegar a visualizar, en su verdadera esencia, lo que serán experiencias en el futuro. Evidentemente, la Astrología sirve para intuir y para proyectar sutilmente nuestro entendimiento y nuestro sentido común hacia barreras fuera del momento presente, pero esto no significa que nosotros vayamos a ser capaces de vivir el presente de los momentos futuros, puesto que eso es por simple ley de realidad absolutamente imposible.

¿Qué aporta la Magia respecto a este tan interesante asunto que estamos discutiendo?.

Lo más importante que nos indica la Magia al respecto es que la estructura del Universo es jerárquica, y eso está también relacionado con el concepto que hemos hablado de los maestros en los planos sutiles, las entidades protectoras o los ángeles de la guarda.

La cuestión fundamental es que el Universo es absolutamente dinámico y que, en dependencia de las reacciones y del trabajo interno de consciencia de cada ser humano, la estructura del Universo está continuamente en movimiento y siendo dinámica en torno a esos comportamientos de consciencia de cada ser humano o individualidad concreta. Esto significa que en un momento determinado, un chispazo en la consciencia individual puede generar por orden jerárquico la apertura de un nuevo nivel de experiencia y de realización, el cual, obviamente, estaba siendo avisado por el decurso de los astros. Por tanto, no es contradictoria la visión de la Magia con la de la Astrología, sino todo lo contrario.

La Magia hace entender que la Astrología es una herramienta y que no es un fin en sí misma, y que la mente tampoco se puede volver perezosa o en lineal, tratando de visualizar la vida como si de un llano o una leve cuesta en sentido ascendente se tratara.

El paisaje de la vida o la orografía de la vida es mucho más abrupta y mucho más variada, y en ella tanto podemos encontrar desiertos, como grandes valles, lagos, ríos, cataratas, grandes montañas o desiertos.

Por tanto, se trata de observar la realidad de la existencia en función de niveles escalonados, progresivos, ascendentes, evolutivos y en continuo movimiento, estando los estratos primarios encadenados con los siguientes niveles.

Otra pregunta que nos podemos hacer es ¿Los poderes o capacidades personales se consiguen o se trabajan?. Evidentemente, no existe nada en el Universo que no se trabaje para ser conseguido. Es más, se puede lograr algo, pero si ese algo se difumina, se derrocha y se mal utiliza, simplemente se puede perder, con lo cual volvemos a entrar de nuevo en esa dinámica evolutiva y jerárquica del concepto mágico acerca de la vida y de las cosas.

Otra pregunta interesante es: ¿Estamos siendo juzgados continuamente por nuestros actos?. Es algo que ya hemos citado anteriormente a la vista del concepto del "ojo que todo lo ve". Ciertamente sucede así, pero no se trata de una especie de juicio en el cual tengamos una sentencia condenatoria o absolutoria, que nos condene o que nos absuelva por un determinado período de tiempo. Casi si lo quisiéramos imaginar así tendríamos que pensar que estamos siendo sometidos a juicio de segundo a segundo en nuestra vida, con lo cual tenemos que entender que de nuevo existen unas entidades organizadoras en los planes sutiles que son las que continuamente están valorando o casi diríamos que adaptándose a nuestros actos para, a partir de ahí, irnos dando -o en su caso quitando- esa conexión con la fuente universal de la vida.



6. ¿EXISTEN PELIGROS AL TRANSITAR EL SENDERO DE LA MAGIA?.

Existen peligros simplemente en todos los campos. Quien es arbitro de fútbol de segunda división B, está sometido al riesgo de que en un momento determinado enfrentarse, en uno de esos pequeños campos que ni siquiera tienen vallas ni fosos, a un conjunto de espectadores alterados y algo bebidos que han asistido al partido con ganas de bulla. Para la persona que invierte su dinero bien en Bolsa, en divisas o simplemente abriendo un negocio, existe un riesgo en todo momento, a no ser que "compre Bonos del Estado", pero incluso en este último caso podemos decir que su grado hipotético de seguridad es correlativo también al grado de ganancia que va a obtener, que ciertamente no es excesivamente grande.

El único peligro definitivo en la Magia es dejar doblegar la consciencia ante las presiones o traicionarse a sí mismo. Es frecuente que el estudiante de Magia, si quiere acelerar demasiado las cosas, o si se las toma como un juego, comience a recibir unos taponazos sutiles bastante sonoros. Incluso, está más que demostrado que, sobre todo cuando se comienza con la Magia, si se plantean unas intenciones muy puras y muy sanas, es también frecuente que se manifiesten unas pruebas relativamente fuertes, porque se va demasiado cándido por la vida confundiendo la gimnasia con la magnesia. Esto está relacionado con el primer Arcano del Tarot, al cual se le suele llamar el Arcano Cero y también el Arcano Veintiuno, que es El Loco o, como diríamos en el Taro Cosmosicológico, el nombre del arcano sería una "tripleta" de palabras claves: El Loco, El Autodidacta y El Genio.

Se empieza, ciertamente, siendo un loco, porque hay falta de experiencia y hay que pagar las novatadas, tal como se pagan en cualquier otro terreno que es fundamentalmente práctico, aunque tenga unas bases teóricas, tal como es la Magia.

Esta falta de experiencia hace que la persona entre con un gran idealismo y que piense inicialmente que conociendo algunas fórmulas mágicas, o habiendo comprobado en un determinado momento que algunos problemas se le han solucionado acudiendo a la Magia, entienda que prácticamente ya no se va a encontrar con barreras a la hora de acometer unos proyectos de mayor envergadura.

En cambio, sucede que en esos momentos las cosas pueden salir aparentemente bastante mal, aunque evidentemente a niveles de experiencia vayan a resultar bastante productivas. Pero es frecuente que al introducirse en este tipo de temas, el estudiante supravalore su capacidades e infravalore las capacidades del adversario, aunque aquí no tenemos que hablar necesariamente de un adversario personificado en alguien en concreto, aunque eso también puede suceder, pues es bastante extraño que alguien a lo largo de su vida no vaya a tener ningún enemigo.

Precisamente por esta supravaloración de las propias capacidades e infravaloración de las fuerzas grises, el estudiante de Magia se lleva los primeros choques frontales con una realidad que no había previsto suficientemente y con antelación. Aquí observaremos, si este estudiante es simplemente flor de dos o tres días, o si bien opta por tomar consciencia de lo sucedido, reconocer los errores, revitalizarse y posteriormente actuar de manera más avanzada o perfeccionada. También puede pasar que simplemente opte por dejar este tipo de materias para más adelante y bajarse del burro a medio camino.

Incluso en este último caso, si se han seguido las normas mágicas verdaderas mínimamente, no existe mayor problema, salvo esas experiencias un tanto chocantes que hemos citado y que pueden ser de variada índole.

Cuando sí existe realmente problema es cuando la persona doblega su consciencia, es decir, baja su nivel, su arquetipo o su modelo moral y pretende seguir en el camino mágico pero traicionando ciertos conceptos que sabe que son intocables. Esto puede ser debido a una decisión personal, porque le puede resultar más atractivo seguir un camino no tan recto, o bien porque es influenciable y se deja presionar por otras personas que no son de intenciones rectas. Aquí sí podemos hablar de problemas de mayor rango, porque la persona pretende estar sin estar, ya dice La Biblia eso de "a los tibios los vomito".

Tengamos siempre en cuenta que a mayor nivel de energía, mayor necesidad de autocontrol.

El poder en sí no corrompe, pero activa áreas y niveles del inconsciente que estaban dormidos, incluso para el estudiante más preparado.

Por tanto, la recomendación es autocontrol, lo cual no significa represión.

Recordemos que la psiquis humana, por naturaleza no está hecha para los extremos. Necesitamos evitar los estados mentales extremistas, fanáticos, que se dejan llevar por las afrentas personales, o que manifiestan una cierta acidez ante situaciones que se consideran desagradables, o al igual, que resulta absolutamente inconveniente relajarse demasiado y el ver las cosas de color de rosa.

No se debe pensar que la Magia es simplemente algo de lo cual se obtiene unos beneficios prácticamente instantáneos y que va a mejorar nuestra vida en casi todos los aspectos con muy poco esfuerzo.

Tanto ese primer tipo de estados mentales de carácter -como dirían los hindúes- rajásico, como ese segundo tipo de estados más bien de carácter pasivo o llamados Tamásicos, son extremos y no representan verdaderamente el tipo de estado mental centrado y central que se requiere para la práctica o para el estudio de la práctica de la Magia.

Recapitulando lo comentado, es el autocontrol un estado sereno de la mente en el cual, la consciencia continuamente va balanceando tanto los estados psíquicos que se van hacia el lado de la agresividad y del egocentrismo, como aquéllos que se van hacia la pasividad y la vida comodona.

Recordemos el concepto de la "fuerza" en sus dos facetas. Es algo que viene explicado de manera muy gráfica y un tanto épica en la trilogía de George Lucas de "La Guerra de las Galaxias". Cuando los maestros en esa película hablaban del concepto de la fuerza, se referían precisamente a la Fuente Cósmica de la Energía. Evidentemente, existe más de una fuente en el Universo.

Hay personas que se concentran o que se conectan hacia un determinado foco de energía universal, y hay otras que se conectan con otro determinado foco de energía universal. A lo sumo, podríamos decir que ciertamente habría dos focos de la energía universal. Es evidente que si pensamos que existe un punto en el espacio-tiempo sutil, en el cual ponemos poner nuestra mente y recargarnos de energía elevada, autoconsciente y evolutiva, ese lugar del Universo no puede coincidir en ese espacio-tiempo sutil, con el lugar del cual las personas agresivas, malas y violentas conectan su mente para seguir haciendo sus fechorías.

ÀÀBuenos estaríamos si bebiéramos de la misma agua o del mismo líquido elemento!.

El egoísmo, el creerse más de lo justo, la falta de respeto por el yo o por los otros, el confundir los medios con el fin, o el creer que los poderes son propios, son formas de deslizamiento hacia el lado gris de la fuerza.

Todos estos defectos humanos en la vida normal de las personas que no saben absolutamente nada acerca de Magia, tienen también unos defectos bastante considerables y marcadamente perversos.

Hay que entender que aunque no se sepa de que va la Magia, toda persona mueve energías mágicas en mayor o en menor medida, aunque sea de manera inconsciente o subconsciente.

Por tanto, no hay que subestimar el poder del lado oscuro de la fuerza, tal como dicen en la mencionada serie de películas, y ello resulta fundamental porque de otra manera, el estudiante de Magia simplemente va a poder comprobarlo de acuerdo a su experiencia, y tendrá que rectificar si ha sido demasiado confiado o incluso pretencioso.

No hay que tener miedo, pero sí saber marcar las distancias. En determinados momentos, hay que entender que no se pueden cambiar las circunstancias exteriores y que no se puede cambiar el mundo de golpe y porrazo, o simplemente, que no podemos cambiar determinados elementos del medio ambiente hacia los cuales íbamos nosotros totalmente convencidos con una especie de proselitismo o de fanatismo mágico-espiritual, tratando de iluminar con nuestra verdad zonas que considerábamos que estaban oscuras, o personas que pensábamos que simplemente estaban fuera de sendero.

Muchas veces es necesario evitar a determinadas personas y a determinados ambientes porque en caso de que llegáramos a la sana conclusión de que no nos conviene continuar con ese tipo de relaciones, esto es algo que está también dentro de lo normal en el sendero mágico-espiritual.



7. ¿EXISTEN LOS CIRCULOS DE PROTECCION?.

El círculo es el símbolo de la consciencia. Como ya sabemos, el símbolo del Sol tiene un punto en el centro del círculo. Esto significa que hay un centro de la consciencia humana.

El símbolo del Sol tiene solamente esos dos elementos.

En primer lugar, tenemos el círculo exterior, el cual dinámicamente podríamos imaginárnoslo como cada vez un poquito más grande, porque lógicamente, el ser humano va teniendo mayor capacidad de abarcar niveles de experiencia que antes le estaban totalmente vedados, y que se le hacían como casi imposibles, o quizás los imaginaba, pero como si se tratara de un cuento de hadas.

El ser humano, según va teniendo más capacidad de voluntad, mayor madurez y por supuesto, según va adquiriendo más en edad y en atributos de experiencia, tiene la posibilidad de ir ampliando su círculo de toma de consciencia, de actuación y de generación de causas en dichas esferas circundantes. Pero siempre, el punto se encuentra en el símbolo del Sol en el centro, por mucho que el círculo externo crezca.

Ese punto central quiere decir que la consciencia ha de tener una firme guía interior, es decir, un pilar o eje central de giro alrededor del cual se desarrolla de forma espiral todo lo demás. Es fundamental porque el círculo representa el espíritu y, tal como decían los griegos, el círculo por eso no tiene ni principio ni fin, porque precisamente, por definición, el espíritu no tiene ni principio ni fin. Esto no es sólo porque el espíritu sea eterno, sino porque sus posibilidades de realización son infinitas. Por tanto, es muy fácil perderse en el terreno de la consciencia si no se tiene un eje central. ¿Qué puede ser este eje central?. El propio símbolo del Sol, astrológicamente hablando, aunque aquí ya tendríamos que hablar solamente de Astrología Esotérica o Astrosofía, nos da la clave.

El Sol representa los principios morales, tales como la verdad, la creatividad y la nobleza. Estos elementos son los que nunca se pueden perder, aunque obviamente, estas facetas del espíritu humano también se van perfeccionando sobre la marcha, y la persona con su experiencia va comprobando que también el concepto de verdad y la moral personal se van fraguando y realizando poco a poco, quizás no de manera tan utópica, pero sí de forma más concreta.

Las cadenas de actos y pensamientos han de estar pendientes de la realidad circundante, de las posibilidades futuras y de la intuición. Esta es una buena premisa para continuar hablando acerca de este interesante tema de los círculos de protección y de la propia consciencia en sí.

Es decir, nuestros actos y nuestros pensamientos han de estar siempre en continuo análisis y contacto con la realidad, porque es la realidad que se abre ante nuestros ojos cada día la que nos va a decir por dónde van esos movimientos sutiles de los planos cósmicos, en relación, en primera estancia, con nosotros mismos, luego con nuestra pareja, con nuestra familia, con la sociedad, o incluso con la realidad de todos los días que sucede en el mundo.

Además, tener en cuenta las posibilidades futuras es algo importante, sobre todo si tenemos a muestro alcance el conocimiento de ciencias como la Astrología. Aunque hay personas que sin saber Astrología tienen una gran intuición acerca del futuro, y ésta les va a indicando por dónde han de irse moviendo en sus futuros actos y pensamientos. Lo ideal, evidentemente, es usar los tres elementos, que son la observación de la realidad, el análisis de las posibilidades futuras y el desarrollo de la intuición.

La invocación de las entidades protectoras ha de dejarse para las grandes ocasiones o para los apuros. En realidad, tal como dice el símbolo del Sol, nuestro gran círculo de protección es nuestra propia consciencia.

Por tanto, el estar centrado en uno mismo significa que el circulo de protección de nuestra consciencia está funcionando correctamente.

Cuando estamos descentrados, bien por dudas vitales, por una fase de estrés o quizás por una de depresión, nuestros filtros atencionales están funcionando incorrectamente. Se denominan filtros atencionales aquellos mecanismos psíquicos que hacen que nosotros seamos capaces en cada momento de seleccionar, entre los estímulos y experiencias del medio ambiente, aquéllos que realmente tienen calidad, dejando en segundo plano o impidiendo que entre en nuestra psiquis lo que podríamos llamar "ruido de fondo". Cuando nuestra mente se encuentra centrada, vamos a ser capaces de extraer de cada experiencia lo positivo, de saber discernir de las experiencias que se producen cada día, y sacar las conclusiones pertinentes al respecto. En cambio, si nuestros mecanismos de atención se encuentran en un estado de debilidad, como consecuencia de estar descentrados o fuera de la esencia personal, entonces cualquier situación o pequeño detalle que suceda en el ambiente, tal como pudiera ser un estímulo agresivo, provoca en nosotros mismos un estado de hipersensibilidad, de irritabilidad y, en general, de respuestas poco atinadas.

De todas formas, sí es cierto que el concepto de círculo de protección no solamente se refiere al círculo de protección de la propia consciencia, sino también a la unidad que en el plano psíquico existe entre los Magos Blancos, los cuales generan un circuito o cinturón de energía protector para quienes sepan acceder de forma eventual o bien permanente a él. Precisamente, la siguiente pregunta se refiere a este tema.